Soy trabajador del sector de las comunicaciones y atención al cliente. Teleoperador. Mi trabajo desde hace los suficientes años ha consistido en hablar con gente. O bien para venderles cualquier producto de cualquier multinacional, o bien atender a los clientes de dichas multinacionales.
Tengo el trabajo con más baja aceptación social, casi. Y sin embargo, uno de los trabajos más ofertados y extendidos en mi ciudad y mi país. Todos conocemos a algún compañero de oficio.
Me llegan noticias de que se han convocado huelgas, así en plural. Varios sindicatos están muy preocupados por las carencias y abusos del sector. Veamos primero las carencias de las que hablan, y luego de lo que hacen o piden.
Lucía (nombre falso), es una compañera de 36 años con dos hijas a su cargo, y cobra la friolera de 700€ trabajando cinco horas al día. Entra a las diez, sale a las tres y se le hace difícil la conciliación laboral, pero es que se empieza a emitir a esas horas, para no molestar a los clientes. Emite una media de trescientas llamadas al día, lo que hacen unas sesenta cada hora. Le cronometran cada llamada al segundo de tal forma que a los 30 segundos, ya debería saber el nombre de a quien está llamando. Cuando no lo consigue, oye a su coordinador diciéndole que acelere y se concentre. Sesenta veces a la hora. Sólo cinco minutos de esa hora son para que recupere el resuello. Cronometrados también. Si llega segundos tarde: ya tiene en la pantalla un mensaje de su supervisora con un amenazador “que sea la última vez”. Dispone de unos 10 minutos extra para su descanso. Porque llamar a ese tiempo “vergüenza” sonaba raro. Y no te pases del tiempo. O ya sabes lo que hay. Tiene, a su vez; y de forma completamente injustificada legalmente hablando, un grupo de whatsapp con su coordinador y sus compañeros en el que le mensajean desde media hora antes de entrar, y escriben aun habiendo salido. Así cada día. No se me olvida comentar que cada dos semanas le examinan sobre si dice un argumentario correctamente y cumple con los objetivos/ventas del periodo. Y por último, pero incluso más dañino para Lucía: la cultura del Esfuerzo. Si no vendes no es porque no digas lo que te ordenan que digas, es porque no te lo crees. El fallo siempre es tuyo.
¿Mantenerse con 700 euros y pasando por este calvario? Pues Lucía es una de nosotras. Todos estamos así. Aquellos con más de seis horas al día (30h semanales) tienen un descanso de veinte minutos. Maravilla. Los de 8 horas no existen (40h semanales) porque las empresas le rebajan una hora (39h semanales) y así evitan la Jornada Completa.
La empresas como la mía se nutren de la esperanza de sus trabajadores. Les ponen como “premio” el aumento de horas, pausas extras de cinco minutos, regalarles unos bolígrafos de aquello que venden… O cosas más grandes: viajes, incentivos de dinero, móviles o mochilas… Pero. PERO. Las bases de datos son retocadas diariamente para imposibilitar dichos sucesos. Y la culpa es del trabajador. La culpa es mía. Y no digas que estás sindicado pues no habrá horas, ni dinero, ni viajes ni descansos, ni nada. Sindicalista.
Así es nuestro día a día. Pero hoy vienen los señores de CCOO, UGT y CGT (los tres más representativos) y nos dicen que vamos a la huelga. Porque estamos como estamos y claro, hay que cambiar las cosas. Já. Mienten. Y en nuestras caras.
Estos sindicatos pueden y forman comités. Se reúnen con las empresas de todo el sector para defender a los trabajadores. Pero no. Lo hacen por las subvenciones que les da el Estado por tener más o menos afiliados. Y mis compañeros de CGT y CCOO (los que están en mi empresa) lo único que quieren es liberarse horas. Quieren no trabajar. Y les entiendo, ojo. Soy víctima de mi sector. Pero ellos no trabajan. Se venden por no trabajar. Admiten esas horas para irse un viernes antes. Para no coger o emitir llamadas 10 horas a la semana (o más, que sé de buena mano que hay quien lleva dos años sin pegar palo al agua). O tienen la desvergüenza de decir “me formo con material de mi sindicato en mis horas laborales” sin que se les caiga la cara. Me venden a mí y a Lucía por ser nuestros representantes. Los de CCOO al completo negociaron un acuerdo por el Teletrabajo por debajo de lo que pedían ellos mismos a nivel nacional. Permitieron que compañeros de una campaña en concreto estuviesen más de 10 meses sin sus pausas de 5 min a la hora. Casi un año. Y como estos, ejemplos vergonzantes diarios.
¿Por qué conozco todo esto? Porque hay elecciones en el mes de Junio para formar un Comité. Y, como simios enfadados, lanzan sus deposiciones y acusaciones los unos a los otros. Y claro, Lucía y mis demás compañeras, no saben a qué agarrarse.
Yo, para desgracia de ambas secciones, sí sé a qué agarrarme. Yo soy el secretario de la sección de CNT. Nosotras sabemos bien qué se debe hacer. Y no, no es negociar a través de vendidos en un comité. Se negocia cara a cara. Problema a problema. Demanda a demanda. Discusión a discusión.
Yo no me libero. Entro a mi hora, hago mi trabajo y salgo a mi hora. Y después: lucho por mis compañeros. Yo no quiero privilegios. No los necesito. Tengo a mi sección. Ellas dan la cara y vienen conmigo a cada reunión. Les hablamos a la empresa y a sus directivos de tú a tú. Con educación, firmeza y derecho.
En la última reunión para las futuras elecciones, osaron dos afiliadas de CCOO (que apenas se les ha visto el pelo en dos años) espetarnos que, y cito: –aquí nunca hubo interés en hacer un comité de empresa-. Es que no era, es, ni será necesario. Y ganamos nuestros derechos o discutiendo o en el juzgado o peleando contra ellos en manifestaciones. Cuando nos hicieron un ERE, perdieron. Y si no hubiese sido por la compañera de CNT (que nos defendió hasta el final) y una firma no deseada por CGT de uno de sus afiliados; ahora estaríamos en la calle.
Lucía y yo, al igual que Gonzalo, Claudia, Saray, Miguel, etc… Da igual si estamos afiliados o no; no queremos más engaños. No quiero que me venga un político de CGT, CCOO o UGT a hablarme de clase obrera, esfuerzo conjunto o huelga. SI NO COGES LLAMADAS, NO TIENES DERECHO A REPRESENTARME.
Mi sección seguirá, como hasta ahora mismo, siguiendo nuestros principios de Acción Directa, Apoyo Mutuo y Sin Liberados. Somos CNT. Tus compañeras.
Ángel Hernández Iglesias, compañero de CNT