Con motivo del Mes del Orgullo LGBTIQ+

Hoy, en este mes del orgullo de lucha y memoria, en este Orgullo que no es marketing ni desfile vacío, desde la Confederación Nacional del Trabajo alzamos la voz con rabia, con dignidad y con un profundo sentido de solidaridad hacia la comunidad LGBTIQ+.

No olvidamos que el Orgullo nació como un grito contra la represión, como una revuelta contra la policía, contra el sistema, contra el odio institucionalizado. Fue una chispa de dignidad encendida por quienes han sido históricamente marginades: personas trans, racializades, prostitutas, jóvenes expulsades de sus hogares, gentes sin techo ni papeles. A elles les debemos cada derecho conquistado.

Desde la CNT, denunciamos con firmeza la homofobia, la transfobia y toda forma de violencia hacia las identidades y cuerpos disidentes. Señalamos con claridad a los responsables: los Estados que criminalizan la diversidad, los gobiernos que aprueban leyes anti-LGBTIQ+ o miran hacia otro lado mientras sus calles se llenan de odio.

En más de 60 países, ser LGBTIQ+ es un delito. En algunos, se castiga con prisión. En otros, con la muerte. Esto no es solo inaceptable: es terrorismo de Estado. Es la expresión más brutal de un sistema que quiere uniformar, reprimir y controlar. Y no nos engañemos: estos crímenes no ocurren en el vacío. Son alentados y justificados por el fascismo, por los fundamentalismos religiosos, por el patriarcado y el capitalismo.

En nuestras propias calles, el fascismo se reorganiza. Avanza con discursos de odio, niega derechos, ataca a personas trans, agrede a parejas del mismo sexo. Se ampara en la libertad de expresión para esparcir veneno. Pero no hay neutralidad posible ante el odio. Frente al fascismo, autodefensa. Frente a la intolerancia, solidaridad de clase.

Porque esta lucha no es solo del colectivo LGBTIQ+: es una lucha de todes contra la opresión. No hay emancipación posible si no es para todes. No hay revolución si no es también trans, diversa y libre.

Por eso, desde la CNT decimos alto y claro: la homofobia y la transfobia no tienen cabida en nuestras filas ni en nuestras calles. Nos posicionamos del lado de quienes resisten, de quienes se organizan, de quienes luchan por existir. Nos comprometemos a seguir construyendo espacios seguros, libres de machismo, de odio, de discriminación.

Y a quienes usan las leyes, la cárcel o la muerte para intentar borrar al colectivo LGBTIQ+, les decimos: no pasaréis. No os tememos. Estamos en pie. Juntes, unides, organizades.

Este Orgullo no es fiesta vacía: es barricada.

Es memoria.

Es lucha de clases.

Es resistencia.

¡Viva la lucha del colectivo LGBTIQ+!

¡Viva la autodefensa contra el odio!

¡Fuera fascistas de nuestros barrios y nuestras vidas!

Salud y rebeldía.