Quiero expresar mi profundo agradecimiento al personal de urgencias del Centro de Salud de Carmona:
Desde recepción, donde entendieron de inmediato la gravedad de mi estado. A las enfermeras, técnicos de ambulancia y la doctora de urgencias, que con pocos medios lograron transmitirme serenidad en un momento crítico.
Este centro, como muchos otros, se encuentra en un estado lamentable:
Instalaciones deterioradas, literalmente cayéndose a pedazos. Falta de personal que obliga a esperar semanas por una cita o una analítica. Personas enfermas madrugando y esperando horas a la intemperie para conseguir un número, como si estuvieran mendigando atención médica.
Si no fuera por la decisión acertada de la doctora de urgencias aquel 12 de febrero de 2025, quien me derivó al hospital a pesar de que las pruebas iniciales no confirmaban un infarto, probablemente hoy no estaría aquí.