¿Puede la Residencia Flora Tristán de la UPO ser un Proyecto Social sin respetar los derechos laborales más básicos y fundamentales?
Flora Tristán tiene miedo, pero poco que perder cuando se embarca en el viaje al Perú que transformará su vida. En este 8 de marzo nos preguntamos ¿qué haría ella si se percatara que en la Residencia sevillana que lleva su nombre se violan precisamente los derechos laborales?
Desde luego que nuestra Flora Celestina Teresa Enriqueta de Tristán y Moscoso, como buena hija de la Revolución Francesa y la Ilustración, no estuvo al margen de contradicciones irresolubles. Más bien, fue producto de las reivindicaciones igualitaristas que señalaron que el concepto de libertad ilustrado no trajo la independencia ni a las mujeres, ni a los esclavos ni a los trabajadores de las fábricas.
Aprovechamos para recordar que ella aúna mucho antes que Marx, Engels y todos los socialistas utópicos dos luchas históricas en un mismo proyecto social: la de la clase obrera y la de las mujeres. No es casualidad que Rosario Valpuesta, la primera Rectora de una universidad andaluza, pusiera el nombre de Flora Tristán a una residencia de estudiantes que venía, no por casualidad, al corazón de uno de los barrios más olvidados y pobres de Europa, el Polígono Sur sevillano.
Una residencia y un proyecto social diseñado y puesto en marcha por mujeres. Compuesto y sostenido históricamente por mujeres. Aunque la mayor importancia de este proyecto no radica sólo en su mayor composición femenina, sino feminista, porque la historia nos ha demostrado que la mera presencia de mujeres no tiene por qué cambiar nada si no hay perspectiva de género.
Hay mujeres mucho más autoritarias que muchos hombres en la Fundación UPO, la empresa desde la que se gestionan los puestos de trabajo y ahora también el proyecto social. Mujeres directivas que hablan de las recetas de bizcochos que harán en sus comidas de navidad mientras sientan a una trabajadora para que lea, sin presencia ni acompañante de ningún miembro del comité, sin previo aviso ni introducción de ningún tipo, un escrito-represalia delante de ellas. No sabemos aún si por insensibilidad o incapacidad.
Un maltrato institucional, consistente en un castigo por declarar como testigo en un juicio de otra compañera contra la empresa. Un hecho incompatible con teñir de morado todos los logos de la Fundación este 8 de marzo. Flora Tristán la señalaría de hecho como una contradicción ineludible. Porque la teoría, debe ir acompañada de la práctica. Y esa fue la mayor enseñanza que Flora nos dejó. Porque la teoría cuando no va acompañada de la práctica se convierte en mera propaganda.
Es por todo ello, que desde esta recién creada sección sindical de CNT, denunciamos:
1. El acoso que estamos sufriendo desde la Dirección y Vicepresidencia Ejecutiva de la Fundación UPO por no considerarnos “leales” a la empresa, y que se ha concretado en cosas como:
- La denegación arbitraria de la compatibilidad para poder trabajar como docentes en la UPO, como sí lo hace toda la plantilla que lo ha solicitado de la empresa, y sí lo hacíamos antes de este conflicto.
- La obligatoriedad de hacer las tardes del lunes y del martes por necesidades del servicio (y no otras tardes) mientras toda la plantilla elige libremente el horario de la llamada “horquilla flexible”.
- La propia modificación sustancial de las condiciones laborales de las trabajadoras, ya denunciadas judicialmente por injustificadas.
2. La vulneración del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva por parte de la FUPO.
3. Las denigrantes condiciones físicas y ambientales de trabajo donde tienen a las trabajadoras ubicadas.
4. La segregación sexual actual de los/as trabajadores de la Residencia, en la que los hombres mantienen las relaciones institucionales, disfrutan de flexibilidad horaria y de movimiento, y las mujeres han quedado relegadas a los trabajos de siempre. Más precarias y en peores condiciones de trabajo.
Por tanto, solicitamos:
1. El restablecimiento de las condiciones laborales anteriores a julio de 2023.
2. El reconocimiento de todas las categorías de trabajo de la Residencia y la RPT.
3. El cese de las políticas autoritarias de la Fundación de la Universidad Pablo de Olavide.
4. Que todas las personas que trabajan en la Flora Tristán sean iguales en derechos y oportunidades, y se eliminen los privilegios por nepotismo.