Sevilla, sede del SOV de CNT Sevilla. 18/02/2022, 18:52
Entrevista Ángel Hernández
-Buenas tardes Beatriz. ¿Todo bien?
-Muy buenas. Pues sí, todo bien.
-La entrevista va a seguir un poco una sutil línea conductora desde cómo conociste CNT, un poco de tu vida y tratar de alcanzar alguna idea para el futuro. Así que por comenzar por algún lado:¿cuánto llevas afiliada?
-Año y poco, más o menos. Ah y me parece bien la línea.
-La afiliación fue por un conflicto, algún familiar…?
-Siempre he tenido una inquietud sindical muy grande. Pienso que soy de la clase obrera y si nosotros no nos defendemos ni nos ayudamos, no conseguiremos nada. También el “egoísmo” de no verme necesitada y tener que buscar ayuda en el momento. Tomo la cuota sindical casi como quien tiene asumido los impuestos para la seguridad social. Hoy no te hace falta, mañana puede ser que sí y claro, pues ya lo tienes. Tras dieciocho años afiliada en CCOO pues ha ido pasando de todo. Me afilié por un noviete que tuve en su época que me recomendó afiliarme con el conflicto por un despido de una empresa para la que trabajé.
-Dieciocho años… Que no es una tarde.
-No, no. Y ya te digo que hay cosas muy diferentes entre CNT y CCOO, ¿eh? Son dos cosas muy distintas. Mi experiencia en Comisiones fue muy pasiva. Con el abogado me fue bien, era un tipo profesional, pero allí pagas tu cuota y desapareces. No se cuenta contigo. No se te tiene en cuenta. Es algo completamente impersonal. Yo estaba en una empresa de concesión pública. Alguna vez, ahora que recuerde, me llamó algún compañero de alguna empresa del sector, para votar por él por alguna votación de cara a algún puesto o cargo en el sindicato, pero más que eso no había ningún contacto. Todo muy distante.
-No se espera una militancia activa.
-Ninguna. Ni quieren.
-¿Y el cambio cómo vino?
Vino en tiempos de pandemia y no fue agradable. Me ocurrió que sufrí acoso laboral en mi empresa actual. Mobbing. La manera de atenderme dentro de Comisiones fue nefasta. En lugar de que ellos me hicieran el trabajo y estuvieran para solucionarme el conflicto, me daban largas. Nunca se preocuparon siquiera de escribirme un texto para mandar a la empresa y tenía que estar yo siempre encima. Eran tiempo difíciles, vale. Pero no es excusa. Me vi que llevaba 18 años en un sitio en el que ni siquiera me trataban con humanidad. Me puse en contacto con un amigo abogado para que me buscase a alguien laboralista muy combativo y que fuese muy bueno. No me importaba lo que costase. Me recomendó contactar con un tal Vicente. Quedé con él y tras todo el caso me sentí especialmente bien. La defensa fue absoluta. El interés por su parte fue continuado y siempre con una sensación de estar guarecida. Para mi defensa veía mejor la defensa de acción directa en la que CNT es especialista. Siempre estuvo ahí. Me escribía mensajes y me sentí arropada. Inmediatamente me puso en contacto con Obed, quien lleva redes y comunicaciones, para diseñarme una campaña de redes para evitar que me echasen o me molestasen más. Funcionó. Me explicó que así hacían las cosas en el sindicato CNT y no me cobró su servicio. Que me plantease la afiliación y dejase a CCOO. A día de hoy yo soy CNT en mi empresa y aunque la persona problemática sigue, ahora está a raya.
-¿Qué te hizo quedarte en CNT?
-Dejar de ser un número. CCOO no iba a sacar nada beneficioso de tenerme en sus filas. No movilizarían su estructura por una sola afiliada. No lo hacen con cientos, lo iban a hacer con una. Y eso en CNT no pasa. Vicente me dijo “la vamos a liar parda” y me sentí identificada y defendida. Se movieron muchísimo por una sola persona. Después de esa experiencia, he hecho muchas cosas por los afiliados. Estuve en tu conflicto, de hecho.
-Cosa que me hizo sentir como tú describes. Hablando sobre tu empresa y con algo tan específico y concreto como el mobbing, me surge una duda: la empresa en tu puesto de trabajo, en tu contexto laboral, ¿tiene alguna postura feminista?
-No que yo sepa. Tampoco es un caso de una empresa que esté muy impersonalizada que siempre ayuda a crear ese tipo de situaciones. Es más una empresa cortijo. Mucho cargo por amiguismos o familiares. Las relaciones de abuso no se sitúan en unas razones, a grandes rasgos, machistas. Los problemas vienen de otro lado.
-Existe alguna discriminación o desigualdad en tu empresa?
-Por razones territoriales. Se han ido haciendo fusiones con las sedes de distintas regiones y claro, cada una de ellas tenían distinciones salariales y ante las fusiones pues ahora hay una discriminación bastante profusa que se debe solucionar cuanto antes. Pero en términos de desigualdad entre hombre/mujer, no.
-Me desvío un poco, momentáneamente, de la empresa y quiero hablar, si te place, de lo personal: en tu contexto social y familiar, ¿qué tan fácil o difícil es ser mujer?
-Pues mira, vengo de una familia pequeña. Me quedé huérfana a mis quince días, muy pronto, ya que mi padre murió con 30 años de un infarto. Desde muy pronta edad se me dio mucha confianza para hacer cuanto veía bien. Mi madre es una persona muy cariñosa, de ideas de izquierdas, que nunca me prohibió cuanto debía hacer o decir. Sí, a lo largo de mi juventud, tuve una pareja machista que me decía que no me vistiese provocativa porque incitaba a los demás. Yo siempre he sido de minifalda, escotes, etc. Y de esta pareja aprendí que, pese a que en esas edades se vive muy intensamente y se piensa más bien poco; nunca jamás iba a tolerar tales comportamientos conmigo. Pero dentro de mi familia, ninguna imposición machista. Nací en el 73 y esto pasaba sobre los 90’, más o menos.
-En la sociedad en la que vives o has vivido, ¿qué tipos de contextos machistas te has ido encontrando?
-Yo estudié en un colegio de monjas, algo liberales. Y nunca ha sentido ni especial machismo ni feminismo. Sin preocuparme nunca demasiado por esas cosas. Y en mi etapa de COU en otro centro, igual. He sido un poco exterior a estas lides.
-Hay una cosa que has dicho, que me lleva a la siguiente pregunta: de entre todas las definiciones feministas, ¿te encuentras o te sientes definida por alguna?
Yo entiendo que hay muchas definiciones pero a mí me gusta la sencillez, pues es la respuesta a muchas cosas. Ahora hay muchas etiquetas peyorativas por el auge de la extrema derecha. El feminismo no tiene nada que ver con el “hembrismo”. Tratan de confundirlo para negarlo. Siempre he pensado que es una pena que la sociedad no haya evolucionado lo suficiente como para no necesitar movimientos tales como el Feminismo y el movimiento LGTBIQ+. Me da coraje que exista esa necesidad. Aquí se busca la igualdad. Es una cuestión educacional. Para poner un ejemplo: las cuestiones relativas a los cuidados. La casa, los niños. Que luego se acaba extrapolando a términos sociales y laborales. Mis amigas: mi marido me ayuda. No, no te ayuda. Hace las tareas que son comunes.
-En tu vida en general: ¿cómo de importantes sois las mujeres?
-Por comenzar por algún lado: tengo una relación no muy larga, ocho años; y aunque mi pareja viene de una familia muy conservadora, con mi marido siempre ha sido fácil y nos hemos hecho con la rutina igualitaria desde el primer momento. Creo firmemente que todo empieza con la educación y siempre se ha de estar abierto con ojos y oídos a cuanto te vaya ocurriendo para ir evolucionando (me refiero a mi marido en esto). En mi experiencia vital independiente siempre me he sentido libre de cuanto he experimentado, he vestido y he hecho y nunca he visto ningún juicio por parte de él o ya de cualquier lado. No tolero mantener una relación de ningún tipo con ninguna persona que tiene alguna idea machista y las desecho inmediatamente de mi vida. Me niego a asumir carga o molestia por tener que lidiar con alguien así.
-¿Qué tipo de futuro le ves a las mujeres conforme a lo que ves?
-Soy muy negativa a todo esto. Muchísima violencia machista, maltratos, comentarios celosos y fuera de lugar, mucho individualismo y nada de esto nos da un contexto sobre el que podamos vivir, a corto plazo, con cierta tranquilidad. Hay muchísimo trabajo por delante. No ha avance apenas en términos sociales de feminismo. El movimiento feminista en sí se mueve mucho, pero la sociedad (el patriarcado) se revuelve y hace más daño porque perder poder no le hace gracia, claro. Y la gente no está educando para el avance. Está más centrada en “tolerar” demasiadas cosas. Hay cosas que no son tolerables. No se debería tener que decir que somos y nos queremos libres. Y ese debate se debería haber cerrado hace muchísimo. Así que nos toca seguir trabajando.
-Volvemos a CNT. Esta organización tiene más de un siglo de historia, muy compleja, y aunque siempre ha sido anarcosindicalista (se daba por entendido que entonces es feminista) pero se declaró feminista como tal y claro: ¿tú te sientes escuchada y valorada dentro de CNT?
-Muchísimo. Se nos trata con respeto y mimo.
-Perdona, pero tengo que preguntar. Un incisillo: ¿mimo o condescendencia?
-Mimo. No hay condescendencia que valga. Se nos respeta mucho y en muchos ámbitos. Las compañeras son trabajadoras a tope, sus ideas siempre son atendidas con respeto y con muchísimo cuidado. Aquí hay compañeras muy combativas a las que siempre se les pregunta porque sus ideas y juicios son escuchados, que no oídos, porque saben bien cómo solucionar problemas o atacar en distintos conflictos. Se nos valora a veces incluso más que a los hombres (jajaja…)
-Jajaja. ¿Qué aportas o crees que aportas tú a CNT, como mujer trabajadora?, ya que sacas el tema
-Tengo claro que soy una más y que puedo aportar tiempo para cuanto se necesite y quizás una visión más mesurada que la media. Me he movido en entornos distintos y a veces la inocencia de no ser demasiado política o no haber leído con profundidad en la teoría anarquista. Por poner unos ejemplos.
-Bueno, humildades aparte, has sido una de las fundadoras del equipo de trabajo de la Secretaría de Prensa y Comunicaciones coordinada con Obed y el compañero Alexis…
-Bueno sí, también. Mi conflicto se ganó precisamente por eso y tengo claro desde el primer momento que el mundo de las redes es muy importante. Tanto para la afiliación como para el combate de la información que se libra a día de hoy. O desinformación. Le he dedicado mucho tiempo a todo esto y es importantísimo que se nos vea el trabajo. Los compañeros trabajan mucho y eso se ha de ver. Con más afiliación, y siendo de calidad, se podrá hacer el cambio realidad.
-¿Hay algún valor que hayas visto aquí, en CNT, que asumas en tu vida?
-Pues sí. Solidaridad, entrega, ayuda y apoyo. Siempre estar dispuesto a echar el hombro y tratar de solucionar cuanto antes los estragos que nos causan las empresas. Es alucinante lo que aquí se trabaja en equipo pese a que cada cual tiene sus opiniones, pero siempre se discute con respeto y se trata de acercar posturas. Me parece algo muy valioso de aprender.
-Aprovecho, y perdona el inciso, para decirte que agradezco muchísimo el hecho0 de tenerte en su día como ayuda a mi conflicto laboral (nuestro, pues éramos 230).
-Es lo que te decía, se está siempre para cuanto sea necesario. Aquí se viene a ayudar, a trabajar.
-Por último, y muchísimas gracias por tu tiempo y palabra: ¿Qué crees que debe mejorar CNT como organización en términos feministas?
-Se trabaja mucho, pero por ejemplo, desde Prensa y demás tenemos que dar más visibilidad a problemas que afectan más a las mujeres. Quizás ser más propagandísticos para dar más visibilidad a todo cuanto ocurre en estos términos. Escribir más y no sólo en estas fechas. Hacer más conscientes a las personas de que este problema no se merece algo que no sea tolerancia cero. Así podríamos ayudar a acabar de una vez con esto.
-Buen cierre, claramente, Beatriz. No quiero quitarte más tiempo y de verdad, como siempre, encantados de escucharte y gracias. Muchísimas gracias.
-A vosotros siempre.