La Sociedad Estatal ACUAES tarda ocho meses en resolver una denuncia interna, por un presunto acoso laboral a una de nuestras afiliadas en sus oficinas de Sevilla. La afiliada, de baja laboral desde el pasado mes de Junio, por las consecuencias en su salud derivadas, ya no solo de la situación irrespirable que vive en su puesto de trabajo, sino también de la innecesaria agonía del alargamiento de la instrucción del expediente.
CNT denuncia la irregular instrucción que ha dado lugar a un informe parcial, tendencioso y que parece tener como objeto “enterrar” el asunto, aparte de demorarlo más allá de lo razonable.
La propia empresa podría estar encubriendo y amparando supuestos comportamientos que, de confirmarse, le llevarían a ser condenada solidariamente por acoso. Sé da la circunstancia que ya en 2009 otro trabajador presentó demanda judicial por acoso, sobre la misma persona a la referida por nuestra compañera, no prosperando dicha demanda pues de todos es sabido la dificultad de la prueba en estos asunto. CNT presume que no es este un hecho casual y debería haber sido considerado de manera especialmente preventiva en la resolución de este caso, dado los indicios acaecidos en el pasado.
CNT ha intentado solucionar el asunto por la vía del dialogo y el entendimiento, con la propuesta, también amparada por el total de la representación legal de los trabajadores, de un cambio de departamento para nuestra afiliada. Ante la negativa de ACUAES a dar solución consideramos el conflicto abierto.
Esta Empresa Pública, según escrito reciente de sus representantes legales, tiene actualmente una alta conflictividad laboral. La deficiente gestión y mal gobierno de la empresa y sus recursos, son un claro caldo de cultivo para conductas no admisibles permitidas contra nuestra afiliada.
Se están dando actuaciones en materia laboral y organizativa con las que descapitalizar a nivel de recursos humanos la plantilla, utilizando la figura de despidos camuflados como traslados con el fin de adelgazar la empresa y centralizarla en Madrid. Traslados con los que burlar las indemnizaciones establecidas por ley, pues finalmente desembocan en despidos. La empresa acumula denuncias por parte de sus trabajadores, entre otras por desigualdad salarial, bajadas de categoría o reducción de derechos consolidados.
Lejos de organizar la empresa se está procediendo a su desmantelamiento encubriendo con despidos individuales lo que son despidos colectivos. Desde el 2018 se ha prescindido de 21 trabajadores quedando actualmente la plantilla reducida a 82 trabajadores. Sin embargo la cúpula directiva sigue intacta e incluso se ve incrementada hace ni dos años con la figura del “Dr. de Auditoría y Control” cuya remuneración asciende entorno a los 86.000 € y que ha sido el encargado de realizar la nombrada instrucción del expediente de la denuncia de acoso, que se ha dilatado ocho meses. Debajo de esta nueva dirección se han creado en Madrid cuatro nuevos puestos, de los cuales en dos años solo se ha cubierto
uno de ellos y los otros tres no han sido ocupados, pero si han servido para traladar‐despedir a cinco trabajadores, otra compañera con carta de traslado recientemente entregada y un compañero más pendiente de sentencia en un juicio por la improcedencia de este tipo de traslados ; una rueda que no para de cortar cabezas.
Las situaciones descritas han supuesto un aumento de casos por bajas por ansiedad y estrés, la empresa incumple la normativa de prevención de riesgos laborales, carece de evaluación de riesgos psicosociales y en su central de Madrid ni tan siquiera consta de la oportuna licencia de actividad por no reunir sus oficinas ciertos requisitos exigidos.
Añadir la lucha constante de sus trabajadores por la falta de conciliación laboral y familiar. Destacar el talante irrespetuoso, autoritario, impositivo y no negociador de la dirección, que en palabras de la representación de los trabajadores, genera un clima de frustración de la plantilla, la cual se ve obligada en muchos casos a acudir a los Tribunales e Inspección de Trabajo para defender sus derechos.
Existe gran preocupación de los trabajadores de ACUAES por el futuro de la Empresa, dado que la dirección parece dedicar más esfuerzos a cerrar oficinas y reducir personal que a la propia actividad de la Sociedad Estatal, generando una gran conflictividad que distrae a todo el personal, incluida la Dirección, de las que debieran ser sus funciones.
No es de extrañar que en un clima así, las conductas acosadoras demandadas por nuestra afiliada florezcan y sean permitidas por esta empresa enfermiza. Lo grave es que esto sea permitido en una Sociedad perteneciente a Patrimonio y que es 100% Capital Estatal. Una Sociedad Estatal qué debiera ser ejemplar debido a su supuesto servicio Público.
CNT quiere garantizar las condiciones de la vuelta al trabajo de nuestra compañera a este polvorín en el que en su persona se ve agravada la situación global, dura de por sí para cualquiera de sus trabajadores, con una jefatura altamente tóxica para su salud y es por ello exigimos sea cambiada de jefatura donde se le permita una vuelta a su puesto de trabajo, con unas ciertas garantías de salubridad.