Legitimidad y financiación de los sindicatos considerados “más representativos” en España
Se intentan esbozar en este artículo dos cuestiones de singular importancia a la hora de evaluar la situación general del sindicalismo español. En primer lugar, trataremos buscar las fuentes de representatividad de los sindicatos considerados “más representativos”, UGT y CCOO, en base a la cual negocian y firman pactos con los gobiernos en nombre de todos los trabajadores españoles. Para ello, como índices de esa representatividad, nos centraremos en la afiliación con que cuentan estas organizaciones, en las elecciones sindicales, y en su carácter institucional.
En segundo lugar, procuraremos realizar un acercamiento al oscuro paisaje de la financiación de los sindicatos, con base en los datos que suministran los propios sindicatos y los que han podido recabarse.
La amplitud de los temas, por un lado, y la dificultad de obtener datos fiables por otro, han supuesto dos grandes escollos a la hora de realizar el trabajo. No son precisamente estos temas sindicales los que se tratan con mayor transparencia en un estado, que se dice democrático, pero que no ofrece ningún dato agregado, ni de los resultados de las elecciones sindicales, por un lado, ni del aporte total de dinero público a las organizaciones sindicales por otro. Un aporte que se realiza a través de múltiples vías (Unión Europea, administración estatal, administraciones autonómicas, diputaciones o ayuntamientos) y conceptos (representatividad, acción sindical, formación, servicios sociales, cooperación internacional, etc.)
Es posible funcionar sin gobiernos: alternativas al parlamentarismo
Esta pregunta —sencilla en su formulación, pero que desata un universo argumental a poco que se escarba entre sus raíces— ha ocupado las luchas y debates de multitud de obreros, filósofos, intelectuales y políticos en los siglos XIX y gran parte del XX, en los tiempos en que la sociedad, llamémosle “civil” —aunque no existe ninguna otra- parecía buscar con ahínco y desesperación las respuestas sobre su propio destino. En cambio ahora, ya en el siglo XXI, los únicos que parecen hacerse esa pregunta de forma global y con un interés político claro son las empresas multinacionales, que necesitan por un lado, librarse de las trabas –por llamarlas de alguna manera— impuestas por los gobiernos nacionales o locales y por otro, absorber el negocio de los —pocos— servicios públicos que aún quedan en manos de los estados.
El debate, visto lógicamente desde su vertiente social, ha sido sepultado por la aparición de las modernas democracias, que al hilo de aquel “vivimos en el mejor de los mundos posibles” nos han acostumbrado a un entorno social que criminaliza la puesta en cuestión del modelo de gobierno, por no hablar del de estado o el sistema económico. Lentamente, el miedo infiltrado en la sociedad tras el telón de los terrorismos y su ulterior idenfificación con cualquier disidencia, ha ido despojando a las personas de su derecho a cuestionar el estado y las formas en que éste se manifiesta. La aparición, en nuestro caso, de la constitución de 1978 cristaliza la forma de estado y de gobierno despojando a la sociedad —que se da en llamar “el pueblo soberano”— de cualquier posibilidad de modificar el marco político –y no digamos el económico- en que se desenvuelve. Soberanos para nada, entonces; más bien controlados, dirigidos e inmovilizados. Obviamente, estas son las características de todo pueblo que aspire a formar parte del “mundo desarrollado”, de las organizaciones políticas y económicas internacionales. Son condición necesaria para la seguridad de inversores, empresas y libre flujo de capitales, que no desean ver amenazada su estabilidad por ningún tipo de “voluntad popular”, que, éstos lo saben bien, siempre es contraria a sus intereses cuando no se la manipula y controla adecuadamente. Por tanto, el “gobierno del pueblo” tan solo nos permite al pueblo elegir entre una de las dos opciones de su férreo bipartidismo —con alguna propuesta nacionalista ad hoc—, en listas cerradas y establecidas por las cúpulas del oligopolio político. Esto es todo lo que podemos hacer por la “democracia”. Un escaso bagaje para tanta palabrería.
Manual de lenguaje no sexista
La CNT en el marco del X Congreso, ratifica dentro de sus principios, tácticas y finalidades su declaración ANTISEXISTA manifestándose así:
El anarcosindicalismo, en su lucha por alcanzar una sociedad libre, justa e igualitaria, tiene entre sus finalidades la destrucción del patriarcado y el fin del sexismo y de cualquier discriminación por razón de sexo u orientación sexual.
No deben existir jerarquías entre las personas en función de su sexo, y rechazamos con firmeza cualquier imposición social o cultural de una conducta o rol según se nazca. Cada individuo ha de desarrollar su personalidad en plenitud sin importar su sexo o sexualidad, huyendo de los convencionalismos que nos fijan uncamino a seguir o una manera de ser “femenina” o “masculina”.No nos olvidamos de que el sexismo y las formas de dominación propias del patriarcado siguen muy vigentes y aunque no sean tan explícitas como antaño, ello no quiere decir que hayan desaparecido. Es más, sus manifestaciones son cada vez más sutiles, y en ello reside su peligro y su capacidad alienante. El sexismo está muy presente en nuestra sociedad, y va calando en las personas desde la más tierna infancia, por ello a menudo su presencia pasa desapercibida. Es por ello que debemos incidir en la educación y los valores que nos transmitimos de unas personas a otras, buscando siempre ir a la raíz de los problemas.
Las y los anarcosindicalistas luchamos por una sociedad en la que cualquier forma de autoridad sea abolida. Queremos que todas las personas, independientemente de nuestro sexo, podamos vivir, desarrollarnos y relacionarnos entre nosotras en pie de igualdad y de libertad.
Grupos de Consumo
Con la elaboración de este Cuaderno para el debate, los autores pretendemos realizar un sucinto acercamiento a la experiencia de los grupos de consumo, procurando esbozar un análisis que, al menos intencionalmente, persigue abordar el papel del consumo de masas en la sociedad contemporánea y la potencialidad de los grupos de consumo como herramientas de transformación política de la sociedad. Por otro lado, y a pesar de que en algunos momentos hayamos apostado por realizar un acercamiento generalista a determinados apartados de la temática que nos ocupa, queremos hacer explícito nuestro punto de vista a la hora de afrontar el tema. En ese sentido, este cuaderno ha sido elaborado desde una cosmovisión libertaria de la lucha social, procurando, no obstante, evitar tanto en la forma como en el fondo cualquier resabio adoctrinador que, a nuestro entender, podría restar capacidad analítica a nuestro esquemático trabajo y, por otro lado, enconsertaría los resultados conclusivos del mismo.Para finalizar, invitamos a todos y todas las interesadas en el tema, a ponerse en contacto con alguno de los tres autores para rebatir, ampliar o debatir cualquiera de los puntos de este documento. Nuestra intención, como la de toda la Confederación, a la hora de poner en marcha este proyecto autoformativo, es generar una base teórica sobre diversos temas que pueda implementarse a posteriori, fomentando con ello un debate ―esperamos que fecundo― sobre cada tema en cuestión.
El pacto del Euro: Neoliberalismo de urgencia
En el presente texto pretendemos aportar una breve explicación de las medidas y programas que desde la Unión Europea se han puesto en marcha recientemente con la excusa de combatir la actual crisis económica y social. Se trata de desmenuzar esos planes de actuación, de traducirlos a nuestro lenguaje y de hacer una valoración de los mismos.
Con el pretexto de la crisis actual se vuelven a defender desde los centros del poder político europeo y desde los púlpitos de creación de opinión, las reformas, las políticas económicas y los argumentos aplicados en los últimos decenios. Reformas del mercado laboral, recortes en los sistemas de pensiones, reducción de los gastos sociales, privatización de empresas y, en general, una regulación de las economías que favorece a las capas más ricas de la sociedad y a los países más ricos. En fin,
esa cantinela que tanto hemos escuchado en los últimos treinta años.
Las verdaderas causas y dimensiones de las crisis se ignoran por cuanto que de tenerlas en cuenta nos conducirían a un radical replanteamiento de la economía convencional y de la sociedad misma. El capitalismo no sólo nos ha conducido a esta crisis económica, sino que estamos también ante una crisis ecológica y social de dimensiones colosales.
Las propias ideas de producción, consumo, y crecimiento económico de la teoría económica convencional nos han traído esta verdadera crisis del sistema. Pero se prefiere hacer ver que la actual crisis no va más allá de los desequilibrios generados por unos cuantos especuladores más avariciosos de lo normal y de unos cuantos fallos en los mecanismos de supervisión y regulación. Y, claro está, todo adobado con la idea culpabilizadora de que las poblaciones han vivido por encima de sus posibilidades y ahora les toca pagar los excesos.
Veremos de qué medidas estamos hablando, qué objetivos persiguen y qué reformas concretas han producido y van a producir. Nos ajustaremos a los propios textos emitidos por el Consejo Europeo, el Banco Central Europeo y el Banco de España. Finalmente aportamos una valoración crítica.
La permanente encrucijada de los servicios públicos
La crisis financiera provocada en 2008, que empezó por la amenaza de quiebra de los bancos (entidades privadas) y que luego se convirtió en crisis económica cuando los estados tuvieron que sufragar las deudas de esos bancos (con dinero público) ha producido numerosos “daños colaterales” en los derechos sociales y colectivos de la mayoría de los países europeos.
Uno de esos múltiples efectos ha sido volver a poner en cuestión los servicios públicos –si es que alguna vez desaparecieron del debate-, la naturaleza de la administración y sus recursos económicos y humanos. Una buena parte de las medidas exigidas por el FMI (Fondo Monetario Internacional) y los bancos franco-alemanes para “auxiliar” a los países del euro al borde de la quiebra (hasta el momento, Grecia, Portugal e Irlanda) ha sido, entre otras muchas, recortar el “tamaño” de sus administraciones, privatizando empresas públicas, reduciendo plantillas y servicios y recortando las prestaciones sociales. Estas medidas, ya promovidas por el FMI en Sudamérica y otros países en “desarrollo” a lo largo de la década de los 90 del siglo pasado, supusieron tal recesión económica, aumento de la pobreza y la desigualdad, que habían sido puestas en entredicho incluso por los economistas liberales.
No obstante, vuelven a ser puestas en práctica, ahora en Europa1 , con el mismo objetivo que entonces: garantizar que los estados van a poder seguir pagando los intereses de su deuda con los inversores extranjeros, es decir, los bancos, a costa del dinero –y los derechos- de sus ciudadanos. La administración se sitúa por tanto en el centro de la diana de los recortes; el número y la productividad de sus trabajadores es cuestionado de forma permanente; al mismo tiempo se recorta, en algunos casos drásticamente, el presupuesto que sufraga los servicios públicos.
La reforma de la negociación colectiva
La actual Reforma de la Negociación Colectiva hay que enmarcarla dentro de la estrategia permanente de la elite financiera y económica para desmantelar progresivamente los derechos laborales y sociales de los trabajadores.
Después de la dura Reforma laboral aprobada en septiembre de 2010, el Gobierno, la Patronal y los sindicatos CCOO y UGT firmaron en Febrero de 2011 el ASE (Acuerdo Social y Económico). En este nuevo pacto social se contemplaban tres ejes fundamentales: por una parte, la Reforma del Sistema Público de Pensiones que se ha materializado en la ley de adecuación, actualización y modernización de la Seguridad Social que quedó definitivamente aprobada el pasado mes de Julio y entrará en vigor el 1 de Enero de 2013. En segundo lugar, la Reforma de las políticas activas de Empleo que se tradujo en el RD 3/2011 y por último, la Reforma de la Negociación Colectiva aprobada por el Real Decreto 7/2011 de 10 de Junio.
Tras varios meses de negociación entre los sindicatos oficiales y la patronal y cuando prácticamente existía ya un preacuerdo en el que CCOO y UGT habían aceptado la casi totalidad de las demandas empresariales, la CEOE escenificó la ruptura del proceso negociador convencida de que el Decreto que dictara el Gobierno sería aún más favorable para sus intereses que lo acordado con los sindicatos en la mesa de negociación.
Finalmente, así fue. El 11 de Junio el BOE publicaba el Real Decreto 7/2011 de 10 de junio de medidas urgentes para la reforma de la negociación colectiva. Un decreto que el gobierno ha querido presentar como “urgente” y “equilibrado” y que pretende, según ellos, adaptar la negociación colectiva a la realidad cambiante de las empresas, dinamizar y flexibilizar las relaciones laborales de nuestras empresas para lograr que nuestra economía sea más competitiva y genere más empleo.
La realidad es que está Reforma multiplica el descomunal desequilibrio a favor de los empresarios que existe en el actual marco de relaciones laborales en este país. En modo alguno era necesaria, ni mucho menos urgente, pero se ha hecho por imposición de eso que ellos llaman los “mercados”, teniendo unos claros beneficiarios que son los empresarios y unos damnificados que somos el conjunto de los trabajadores.
Preguntas y respuestas sobre el laberinto educativo
- A veces oímos usar indistintamente las palabras: enseñanza, aprendizaje, pedagogía, instrucción, cultura o educación, ¿Son lo mismo?
- ¿Hay una forma de aprender mejor que otra?
- ¿Puede un Sistema Educativo Nacional compensar la desigualdad de oportunidades sociales?
- ¿Qué es el fracaso escolar?
- ¿Qué tratamiento ha de darse a las creencias en la enseñanza pública?
- ¿Todos los sindicatos ven del mismo modo el tema de la enseñanza de la religión sostenida con fondos públicos?
- ¿Es posible hoy la educación libertaria?
- ¿Cómo reconocer una práctica educativa libertaria?
La Religión y sus Instituciones: Un problema social de primer orden
La Secretaría de Formación y Estudios edita el trabajo de investigación realizado por Julio Reyero en el marco de Cuadernos para el Debate."En una situación como la actual, en que la economía inunda las páginas de la prensa y los minutos de radio y televisión, puede parecer que hablar de religión y sobre todo de sus instituciones no viene a cuento. Aparentemente no habría nada más alejado de los problemas de la prima de riesgo, del déficit público y el rescate europeo que unos señores vestidos de negro que miran al cielo más que a la Tierra. Si a esto añadimos que “la Iglesia no quema contenedores y da de comer a los pobres”, referido a las virtudes de la beneficencia, se acaba explicando por qué mientras los obispos tienen una valoración pésima entre la ciudadanía, las instituciones caritativas de la Iglesia están entre las más apreciadas".
Mujer, sindicalismo y sociedad
En el marco del 8 de Marzo, la CNT edita el dossier "Mujer, sindicalismo y sociedad", con el objetivo de profundizar en el análisis sobre la situación de la mujer en el ámbito laboral y social. Evidenciando las dificultades añadidas que tenemos las mujeres trabajadoras y sindicalistas en la sociedad patriarcal y en épocas de crisis generalizada para la clase trabajadora.Compañeras y compañeros de la CNT nos invitan a reflexionar sobre cómo la reforma laboral se ensaña especialmente con las mujeres trabajadoras, cómo los mecanismos de exclusión social en los sistemas capitalistas afectan especialmente a las mujeres y cómo un modelo sindical asambleario y autogestionario como es la CNT favorece la igualdad entre sindicalistas siempre que se acompañe de un cambio de paradigma en las relaciones familiares y sociales.