Nuestra sociedad vive inmersa en una crisis social y económica como nunca antes habíamos conocido. Sufrimos unos niveles de paro y miseria que hacen que una gran parte de su población no consiga alcanzar unas condiciones de vida mínimamente dignas. Mientras, los distintos gobiernos nos dan explicaciones que la asemejan a una catástrofe natural, sin responsables y de pronta recuperación. Pero la realidad es otra: la realidad es el paro, la precariedad, la emigración y los comedores sociales.
Nadie nos da respuesta sobre el futuro que nos espera. Si la única salida para la mayor parte de nuestra juventud en paro es la emigración. Si nuestros trabajadores y trabajadoras tienen que subsistir y soportar unas brutales bajadas salariales y aceptar cualquier tipo de condiciones laborales, si quienes trabajan en el campo tienen que pelear por un jornal, aun siendo conscientes de la explotación que sufren. Si las mujeres tienen que seguir soportando la brecha salarial o si la recuperación pasa por esos datos del paro que muestran que el empleo que se creará será temporal y precario, no sólo nos han abandonado, sino que nos han condenado.
La única salida que nos dejan es la de seguir aumentando los beneficios de los que nos han llevado a este estado de excepción social, a costa del desmantelamiento de los servicios básicos, la pérdida de derechos laborales y sociales y el cierre de empresas que aumenta el paro. Nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin estudios, sin futuro, ¡Sin vida!
Nos condenan los gobiernos andaluz y español cuando siguen endeudándose con la banca privada a la que se salvó con dinero público. Se regalan cientos de miles de millones a la banca, transformados en deuda pública que pagaremos las trabajadores y trabajadores, y se aseguraron el pago reformando el artículo 135 de la Constitución y con la legislación que nos compromete a cumplir el paquete fiscal dictado por la Troika y los grandes capitales europeos. El pago de su deuda es la eliminación de nuestros servicios públicos, la pérdida de nuestros derechos y nuestro empobrecimiento.
Nos condena la Unión Europea, construida a medida del capital financiero, que, ante esta asfixia, presiona a los gobiernos para que sigan estrangulando a la población trabajadora.
Y así seguirán mientras les dejemos, hasta que nos pongamos de pie y digamos basta. para conseguirlo no hay otro camino más que la organización y la lucha. La indignación en soledad sólo nos lleva al aislamiento y a la resignación. Somos millones y no estamos en disposición de dejar que nos aniquilen.
Para avanzar en la construcción de la unidad, las Marchas de la Dignidad han convocado la jornada de lucha del 28 de mayo en la que volveremos a salir a la calle para reivindicar pan, trabajo y techo. Tres palabras que se resumen en una sola: Dignidad.
Tampoco podemos ignorar otros retrocesos sociales que afectan directamente a nuestros derechos ciudadanos y ciudadanas, como los que representan la Ley Mordaza y el Área de Libre Comercio Transatlántico (TTIP), así como el perverso mecanismo de la deuda, instrumentos que representan un atentado directo contra nuestras libertados y nuestra soberanía. Es decir, contra la Democracia.
Igualmente denunciamos la creciente implicación del Estado español en la política de guerra, así como la utilización del territorio de Andalucía para esta política, que se evidencia en la instalación permanente en la base de Morón de la Frontera de un contingente de 3.500 militares de los Estados unidos, que se suman a los que ya había en las bases andaluzas. Todo lo cual contradice la vocación de Andalucía como pueblo profundamente ligado a la Cultura de la Paz.
Queremos manifestar que sin igualdad no hay democracia y para ello la lucha feminista por la igualdad real, es crucial. para la construcción de una sociedad verdaderamente democrática, es esencial erradicar todos los tipos de violencias hacia las mujeres, denunciar y condenar la ola creciente de feminicidios que estamos sufriendo, ante la mirada cómplice de un estado patriarcal y la impunidad de quienes cometen estos crímenes machistas. SIN IGUALDAD NO HAY DIGNIDAD.
Las Marchas de la Dignidad son el principio y no el fin. Nos están permitiendo asentar y fortalecer las estructuras creadas para poder dar respuesta social a las agresiones que, como pueblo, estamos sufriendo y desafiar aquellas que estén por venir, diseñando y desarrollando una estrategia de lucha continuada en el tiempo, que nos permita revertir todas las agresiones, y que desarrolle alternativas de convivencia social, política y económica.
Éstas son las Marchas de la Dignidad, las del pueblo que se organiza y lucha:
- Contra el paro y la precariedad laboral. A favor de la generación de empleo digno y con garantías, por el reparto del trabajo sin merma salarial, la derogación de las diferentes reformas laborales, por la igualdad salarial entre hombres y mujeres, por unas prestaciones suficientes. Por una Renta Básica Universal.
- Contra los recortes que afectan directamente a la sociedad, minando los ya de por sí escasos mecanismos de protección y desarrollo social contemplados en la Constitución española, así como los de la Solemnemente Declaración de los Derechos Humanos. Especialmente aquellos que van ligados a la jubilación, la violencia de género, la sanidad, la educación y los servicios sociales básicos. Por el derecho a la vivienda y de los servicios básico (agua, luz, gas) de la ciudadanía.
- A favor de los servicios públicos en cualquiera de sus formas (Sanidad, Educación, Servicios Sociales o pensiones). Contra las privatizaciones y un proceso de renacionalización de los sectores estratégicos de la economía. Por la derogación de la LOMCE y del decreto 3+2, por la eliminación de las tasas universitarias y reducciones en los precios del transporte público para la población parada y los estudiantes.
- Contra la corrupción instaurada en las instituciones gubernamentales, políticas, económicas, financieras y judiciales. Por la transparencia, el derecho a la justicia y la igualdad de todos los ciudadanos ante las instancias judiciales. Modificar la legislación para erradicar la violencia contra las mujeres, (en lo que llevamos de año han sido asesinadas 34 mujeres y una niña de año y medio), e impedir la custodia compartida cuando el padre sea un maltratador.
- A favor de una auditoría de la deuda contraída ilegítimamente por el Estado y en contra del pago de la misma.
- Contra los atentados a la democracia que están llevando a cabo a través de la Ley Mordaza del TTIP y de otras iniciativas encaminadas a recortar las libertades ciudadanas y la soberanía de los pueblos.
- Contra la violencia de género. ¡Ni un feminicidio más! ¡Basta de violencias machistas y de inacción por parte de la justicia y de los gobiernos!
- Por la paz entre los pueblos. NO al drama de los refugiados. NO A LA GUERRA. OTAN NO. BASES FUERA.
Es el momento perfecto para generar unión para cargarnos de razones que conviertan a las personas en compañeras y compañeros de lucha. De nuestro trabajo generoso, humilde y desinteresado, depende en buena parte del éxito de este resurgir popular.
¡Es tiempo de lucha!